El sábado fuimos al Mercado de Abastos de Santiago. Es una tradición que cumplíamos semanalmente cuando vivíamos en la zona vieja, pero que fuimos perdiendo al alejarnos de ella.
Luchando contra el mal tiempo y la pereza, retomamos la costumbre esta semana. Y ¿qué queréis que os diga? Lo echaba de menos. Volver a la plaza es como volver al pueblo, a tu infancia. No hay nada más "estimulante" que oír a tropecientas mujeres llamándote a gritos mientras te ofrecen sus productos frescos, las cuales acaban endosándote una caja de fresas, dos quesos, unas nueces y "estas camelias que cogí hoy de mi finca que te las doy gratis si te llevas esta última docena de huevos que me queda", cuando lo único que realmente necesitabas era un kilo de tomates.
Miras tu cesta llena de productos locales, frescos y relucientes, y tienes la sensación de haber hecho algo bueno, algo que no experimentas cuando compras las mismas cosas en tu súper habitual.
No sé en vuestras ciudades, pero el Mercado de Santiago de Compostela ofrece toda clase de modernos servicios para facilitarnos la compra, desde entregas a domicilio, compras online o incluso un personal shopper que realizará las compras por ti siguiendo tus preferencias.
Y a vosotros, ¿qué os parece hacer la compra en el mercado local o en la Plaza de Abastos?
Supongo que hacerlo todos los días es inviable, a no ser que tengáis la suerte de tener uno al lado de casa pero, ¿y una compra para toda la semana?, ¿no creéis que favorece el comercio local y los productos frescos y de la zona?