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Velo ¿sí o no?

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Aprovechando que la casa BHLDN dedica este mes un apartado especial a los velos, me pregunto qué opináis vosotros sobre este complemento.
Ya sé que hace poco tiempo era casi imprescindible llevarlo (recordemos que se usa como parte del atuendo de la novia desde época romana con distintos significados) pero me da la sensación de que su uso ha decaído en estos últimos años.
Por supuesto, hay excepciones. Al margen de las bodas reales en las que el velo estilo catedral es fundamental, famosas como Kate Moss han optado por él con mucho éxito. Pero, ¿es el velo un accesorio cómodo?, ¿lo llevaríais a todo tipo de bodas?


Hoy nos centraremos en los tipos de velos. Existen varios modelos y lo que diferencia unos de otros es casi exclusivamente el largo de los mismos. Utilizaré el siguiente dibujo como referencia (los nombres están en inglés pero no creo que eso sea un problema para hacernos una idea)
El más largo es el velo catedral (cathedral en el dibujo), el típico que llevan las princesas y reinas. Normalmente pensado, como su nombre, indica para ser utilizado en catedrales o iglesias grandes es el más pomposo y dramático. Puede medir hasta cinco metros.
El velo capilla (chapel en el dibujo) es el siguiente llegando hasta los 2 metros y medio. Perfecto para estilos tradicionales, ceremonias formales y vestidos con algo de cola.
El velo ballet cae entre la rodilla y el tobillo. Adecuados para vestidos con caída (que no tengan volumen en la falda)
El velo medio o yema de dedo (fingertip) es el que llega al final de las manos, por lo tanto su largo varía dependiendo de la novia. Es muy versátil y favorece mucho con detalle en los bordes. 

El velo mantilla o al codo, típicamente español. El largo hasta el codo y normalmente de encaje y con acabados más trabajados. A diferencia del resto que pueden llevarse delante de la cara, el velo mantilla siempre se lleva con la cara descubierta.
El velo de hombro (flyaway en el dibujo), ideal para ceremonias de día, vestidos cortos y escotes palabra de honor.
El velo corto o blusher (es decir, tapa la cara solamente), de marcado estilo vintage. 
Y por último, el velo francés o birdcage, una especie de tocado con velo que cubre parte de la cara. Precioso con vestidos cortos.
¿Cual de ellos os gusta más?, ¿llevasteis velo el día de vuestra boda?
(El dibujo y las fotos son todas de la página de BHLDN, excepto el velo catedral via hellomagazine.com y el velo flyaway/de hombro via style me pretty)


Dos bodas celebradas en el mismo sitio... ¿pueden ser diferentes?

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Como os podéis imaginar, sigo con los preparativos de la boda. Después de contratar al fotógrafo, hemos estado estas últimas semanas buscando como locos sitios en los que celebrar la ceremonia y la cena. Es evidente que de esta elección depende en gran parte el éxito de la boda pero, ¿es tan importante el sitio o importa más el estilo que tú le des a ese sitio? 

Hoy os traigo dos bodas que me encantan (seguro que hablaré de ellas con más detalle en el futuro) que se celebraron en el mismo sitio: The Metropolitan Building, un edificio lleno de encanto en mitad de Brooklyn (NY). A pesar de tratarse de un lugar con un estilo muy particular y marcado, estas dos bodas consiguen que este mismo espacio parezca totalmente diferente en cada caso, debido a esas elecciones personales que hacen de cada una de estas celebraciones un reflejo de la personalidad de los contrayentes. Diferentes son en ambas las paletas de color, los estilismos de los novios y los invitados, la forma de colocar la mesa, la decoración, los arreglos florales...

La primera, con una decoración causal y de clara inspiración vintage, en tonos mostaza y lilas, terciopelos antiguos, libros como decoración en las mesas y flores de diferentes colores en jarrones pequeños. La novia con vestido de Jenny Packham y recogido años 30 y el novio con traje gris y corbata. La ceremonia con detalle hechos por los propios novios como las guirnaldas de colores que colgaban del techo o las tarjetas del sitting hechas con corchos de botellas de vino:
(fotografías de Redfield Photography via Ruffled)

La segunda, más clásica, moderna y minimalista, con detalles sencillos en tonos pasteles, rosas empolvados, blancos rotos y detalles de cristal y metalizados. La novia vestida por Tadashi Shoji y el novio de smoking. Arreglos florales de rosas y ramas envejecidas en crudo con detalles verdeazulados:
(fotografías de Katie Osgood via Ruffled)
¿Qué opináis? ¿Prima el lugar o el gusto de los novios? ¿Hasta qué punto influye un determinado espacio para seguir una estética? ¿Debemos ceder a esta influencia o debemos intentar añadir algo de nuestras personalidades en ese lugar?

Auténticos vestidos vintage de fiesta

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Hace tiempo que no dedicaba una entrada a la moda vintage. La boda está absorbiendo poco a poco todo mi tiempo, pero eso no significa que me olvide de que hay vida más allá de los tules, los velos y las alianzas.

Hoy os traigo varios vestidos de fiesta de diferentes épocas (vale, tenéis razón, estoy obsesionada con el tema nupcial porque efectivamente son vestidos que puedes llevar perfectamente en una boda... parece que no puedo evitarlo... jajajaja)

El primero es de una de mis diseñadoras favoritas, Ceil Chapman. Un vestido de finales de los 50, principio de los 60, de línea entallada con un cuerpo drapeado en seda de organza rosa coral, forro de crepe y encaje de chantilly desde debajo del pecho. ¡Precioso!
Lo encontraréis aquí: Mills Street Vintage

Los siguientes, tres modelos espectaculares de los años 20 en negro profusamente bordados con cuentas y lentejuelas sobre chiffon de seda. ¡Tres auténticas joyas!
Los tres via Emmeline Chic

Un vestido de Malcom Starr de los años 60 con corte mod bordado con cuentas blancas y transparentes sobre crepe color carne. Este tipo de vestidos siempre me recuerdan a los que llevaba Patricia Conde en  Sé lo que hicisteis, ¿os pasa lo mismo?
Disponible en Emmeline Chic

Por último, un vestido de los años 50, en chiffon color rosa empolvado con cuerpo sencillo, falda de volumen y cinturón de lazo a juego.

Independientemente de la ocasión que elijáis para lucirlos, todos ellos son, sin duda, vestidos icónicos, asequibles económicamente y muy favorecedores. 
¿Qué os parecen?

Breve historia del vestido de novia: colores y origen del vestido blanco (parte I)

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Cuando pensamos en una novia, inmediatamente nos viene a la cabeza la imagen de una mujer vestida de blanco. Esta puede llevar un vestido largo o corto, puede llevar velo o no, puede llevar ramo, Biblia o abanico en las manos pero el vestido siempre es blanco.
La mañana de la boda, de John Henry Federich Bacon, 1892
Sin embargo, y a pesar de que hoy en día es una imagen totalmente arraigada en el mundo occidental, no siempre ha sido así.

De hecho, a lo largo de nuestra historia los colores de los vestidos de novia han variado mucho dependiendo de diferentes factores.

En Grecia las novias llevaban túnicas con mantos en diferentes colores y adornos florales en el pelo. Posiblemente se taparan con un velo.
En Roma se seguía la tradición de vestir a la novia con una túnica rígida blanca, color de Himeneo, dios de la fecundidad y el matrimonio. El atuendo nupcial se completaba con un cinturón (el nudo de Hércules) y un velo y zapatos color azafrán.


Sarcófago con escena de ceremonia de boda romana, 160-80a. C
Durante muchos siglos, el vestido fue más un símbolo de la riqueza o bonanza de la familia de la novia que de su pureza o de su fecundidad:

En la Edad Media y Renacimiento era habitual el uso de telas en colores fuertes, púrpuras, rojas o azules ya que sólo las clases más ricas podían permitirse ese tipo de tintes que requerían un tejido y mantenimiento especial, mucho más caros que el que suponían los tintes naturales vegetales que usaban las clases más desfavorecidas. Dichos colores simbolizaban tanto el poder económico como el social. Cuanto más adornado y trabajado estaba el vestido, más rica y poderosa era la familia a la que dicho vestido servía como escaparate. Eran habituales en esta época los brocados, los terciopelos, las sedas adamascadas, los ribetes de piel de armiño o visón, las gemas incrustadas...
El blanco se usaba en ocasiones. Por ejemplo, se sabe que en 1406 la princesa inglesa Phillipa se casó con Eric de Pomerania con una túnica y manto en satén blanco con ribetes de terciopelo en el mismo color y  piel de armiño.
 Matrimonio, miniatura de Nicolo da Bologna, c. 1350
Miniatura, Codex Manesse, Bernger von Horheim, principios del siglo XIV
 El sacramento del matrimonio, L'art de bien vivre, 1492
El matrimonio Arnolfini, Jan van Eyck, 1434
Las clases más bajas por supuesto no podían permitirse este exceso. Los vestidos de novia se hacían en lino o lana, en lugar del áspero tejido hecho en casa que llevaba a diario e intentaría que tuviera la mayor cantidad posible de tela. Un vestido con mangas largas o con cola ya suponía una notable diferencia de status. En la actualidad la tela hecha de forma industrial ha quitado este simbolismo a la cola pero la misma se ha mantenido como tradición.
Boda campesina, de Pieter Bruegel, el viejo, 1567

Antes de la medicina moderna, tener salud y una larga vida no era fácil, ni para las clases altas ni mucho menos para las bajas. Como consecuencia, crecieron entorno a las bodas y por añadidura al vestido de novia numerosas supersticiones encaminadas a conseguir esa soñada vida longeva, feliz y fértil.
Aunque el blanco siempre se relacionó por razones obvias con la pureza, el azul fue durante mucho tiempo el color, que asociado también a la Virgen, el color favorito símbolo de la fidelidad y el amor eterno. Incluso si no iban vestidas de azul trataban de llevar algo en ese color como garantía de dichas alegrías. Superstición que se mantiene hoy en día.

Salvo los verdes que se asociaban a las hadas y habitualmente se evitaban, y los colores naturales, marrones y beiges, que se asociaban a la pobreza (recordemos esos tejidos naturales de los que hablaba antes) a lo largo de los siglos las novias usaron casi toda la gama cromática.
Entre las clases altas las telas fueron aclarándose hacia tonos pasteles (rosas, azules, amarillos) mientras que tanto la monarquía como la nobleza se fueron decantando por vestidos en tonos metalizados, profusamente bordados en oro y plata, una vez más símbolos claros del status y el poder social. Esta tendencia se mantuvo durante los siglos XVII, XVII y XIX.
Boda de María de Médicis y Enrique IV de Francia, de Jacopo Chimenti, 1600
Vestido de novia tipo Mantua, c. 1730
Vestido boda, París, 1779
Vestido de la princesa Charlotte, Inglaterrra, 1816
Las clases menos pudientes usaban colores más oscuros como el negro, la gama de grises, azules ya que era fácil reconvertir un vestido de estos colores en un vestido de los domingos. Otras veces se adornaban vestidos que se usaban diariamente con lazos o flores para hacerlos especiales en ese día...
La boda, de Goya, 1792
Vestido gris de novia, llevado por Mary Browfield, Inglaterra, 1842
Vestido de novia, Inglaterra, c. 1863

Y así llegamos al momento en el que se popularizó el vestido "moderno" de novia. ¿Quién fue la responsable de esa imagen tan nítida que tenemos hoy de la novia vestida de blanco, con velo, flores, encajes y cola? 
Mañana, la respuesta ^^


Breve historia del vestido de novia: colores y origen del vestido blanco. La Reina Victoria de Inglaterra (Parte II)

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Ayer dejaba mi breve repaso por la historia de los colores de los vestidos de novia, en el momento en que se popularizó el blanco como color nupcial.

En 1840 se celebró en Inglaterra la boda de la reina Victoria con su primo, el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Saalfeld. En una época en la que las novias pertenecientes a casas reales o nobles elegían mayoritariamente vestidos metalizados bordados en oro y plata, Victoria eligió el blanco. ¿Por qué? 
Boda de la Victoria y Alberto, Robert Hayter, 1840
La reina Victoria y el príncipe Alberto a la salida de la ceremonia de su boda, grabado de S. Reynolds

A pesar de su corta edad, 21 años ese momento, Victoria no iba a su boda como princesa sino como reina consorte y el enlace con el príncipe Alberto la convertiría automáticamente en reina de pleno derecho de todo un imperio. No tenía que demostrar su riqueza o su poder ni quería ser un mero ornamento de la corona sino que  quería demostrar que era una digna futura reina. 
¿Cómo lo consiguió? A finales de los años 30 del siglo XVIII la industria tradicional textil inglesa se estaba viendo seriamente afectada por el desarrollo de la Revolución Industrial. La invención de una máquina de elaboraba encajes de forma industrial afectó a muchas pequeñas localidades y fábricas inglesas que basaban su riqueza en el encaje hecho a mano. 
La reina Victoria quiso apoyar y estimular esa industria artesanal eligiendo una pieza soberbia de encaje de Honiton, con un dibujo que imitaba un diseño antiguo. Y para realzarla el blanco era la opción ideal, un fondo neutro sobre la cual el trabajo de los artesanos luciría en todo su esplendor. Siguiendo esta idea William Dyce diseñó para la reina un vestido blanco de satén liso con volante y cola de encaje. Y el mismo encaje se usó en el velo que completó el conjunto.
Es decir, en este caso, más que símbolo de pureza, el blanco era un símbolo de patriotismo y de identidad.

Otra de las razones que hizo muy especial esta boda es que la reina se casó enamorada. Parece algo habitual, pero tampoco lo era. Los matrimonios reales eran casi siempre pactos políticos, acuerdos entre familias y uniones concertadas. El romanticismo es una idea muy moderna y la reina Victoria fue una de las primeras que hizo ostentación de esta amor, el día de su boda y durante el tiempo que duró el matrimonio. Algo que en mi opinión pudo pesar en la siguiente elección de la reina: para adornar su vestido blanco llevó simplemente un collar y unos pendientes de diamantes. Y un broche de záfiro regalo del príncipe Alberto. También renunció a llevar corona o tiara y se adornó el pelo con una diadema de flores de naranjo, símbolo de la pureza y de mirto, símbolo de la felicidad doméstica y del amor.
Franz Xaver Winterhalte, La Reina Victoria con un vestido de boda, 1847

Que una reina de la importancia de Victoria eligiera tan pocas joyas en un día tan señalado era algo extraordinario y fue muy criticado en su época.

Ya sabemos que la reina Victoria no fue la primera novia blanca pero sí la que popularizó dicho color. La suya fue una boda ampliamente divulgada por todo occidente y pronto se convirtió en un referente estético, primero para las clases más altas (el blanco y el encaje seguían siendo un color y un tejido caros y difíciles de mantener) y el ascenso de la burguesía favoreció a su propagación entre las clases medias. 
Además, la reina, se hizo retratar en numerosas ocasiones a lo largo de su vida luciendo dicho vestido, no sólo en cuadros sino también en grabados y fotos, lo que aumentó la popularidad del modelo.
La joven reina Victoria, Franz Xaver Winterhalter,1842
Sesión de fotos de 1854

¡Odio los cables!

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La semana pasada Simón y yo decidimos cambiar el ordenador de mesa del estudio principal a mi taller. La razón: una mancha enorme de humedad que ha salido en una esquina de la habitación debido al horrible tiempo que está haciendo este año. Como hasta que no mejore definitivamente la temperatura no se va a poder arreglar (y tampoco estamos seguros de cuanto se tardará en terminar dicho arreglo) nos hemos visto obligados a hacer este pequeño cambio.

Parece fácil pero no lo es: cambiar el ordenador de mesa ha implicado cambiar y mover todos los accesorios que éste lleva consigo. Es decir, tenemos un cable blanco por el pasillo de una habitación a otra. Un horror.

Odio los cables: son feos, difíciles de ocultar y en la mayoría de los casos, son inevitables. Incluso si has tenido la precaución de planificar perfectamente la instalación de todos tus aparatos eléctricos, lámparas y electrodomésticos, nada te librará de ver colgados de los enchufes de toda la casa los cables para cargar el móvil, la tablet o las baterías de las cámara fotográficas.

Hoy os traigo una solución para hacer menos feas estas omnipresentes serpientes de plástico que acechan en cada esquina de vuestra casa: el washi tape.
Selección de washi tapes de The Craft Cake Mama. En su tienda encontraréis preciosos diseños.
El washi tape es básicamente una cinta decorativa hecha de papel. Una vuelta de tuerca de la cinta de carrocero de toda la vida, esa que se usa para delimitar zonas para pintar muebles, paredes... El washi tape o celo japonés ofrece las mismas cualidades que aquella, es decir, es fácil de cortar (no precisa tijeras) y no estropea las superficies sobre la que se pega y además su uso permite infinidad de posibilidades decorativas gracias a un despliegue de estampados, colores y diseños difícil de superar.

¡Veamos algunos ejemplos!

Enrolla la cinta directamente en el cable, es la idea más fácil y rápida de hacer:
Tutorial via  Whimseybox
O mezcla colores cortando trocitos de diferentes washi tapes y crea tu propio diseño:
Tutorial via DesignLoveFest
Cubre los enchufes siguiendo la misma idea:
Tutorial via Sew Trashy
Organiza todos tus cables (incluso los que tienes guardados en un cajón) creando pequeñas etiquetas con el washi tape:
Tutorial via Dabbles & Babbles
Guarda los cables más largos en los rollos de cartón del papel de cocina, decorándolos con las cintas decorativas de tu gusto:
Tutorial via Popsugar

Haz una guirnalda aprovechando el cable (en la foto está hecha en un hilo pero la idea funcionaría igual con cables)
Idea via pinterest
Pega los cables de una lámpara nueva con trozos del washi en la pared. También puedes cortarlos en forma de hoja o de pájaro jugando con el cable para conseguir un efecto más simbólico y poético.

¿Qué os parecen las ideas? 
Esta semana me pongo con mis cables... ¡a ver qué sale!

¡Vuelven los noventa! ¿Cómo te quedas?

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Este pasado fin de semana me acerqué al centro comercial que hay al lado de mi casa. Aunque generalmente prefiero  ir de tiendas por la calle a meterme en una nave industrial decorada para el consumo, era muy tarde cuando decidimos ir, y por tanto, el centro comercial se perfiló rápidamente como la mejor opción para cotillear un poco las nuevas tendencias de la temporada.
Las primeras veces que me había acercado esta temporada a Zara, Mango y demás firmas tipo "soy la versión popular de lo que ves en el vogue", no me había emocionado tanto como suelo hacerlo, sobre todo teniendo en cuenta que la colección de primavera casi siempre es mi favorita.
Así que me encaminé al "flamante" centro comercial As Cancelas con una actitud positiva, dispuesta a comprarme algunas cosas para celebrar que por fin brilla el sol y puedo enseñar pierna.

Y al llegar, ¿qué me encuentro? ¡Mi peor pesadilla hecha realidad! ¡¿Vuelven los noventa?!
Pues sí, y lo peor de todo es que vuelven los peores años, los peores errores, los peores recuerdos. 
A saber, ¿os acordáis de aquellos zapatos tipo ortopédico con plataforma corrida que nos vendían como "inspirados en la cultural oriental" y que eran como andar con dos troncos debajo del pie? Pues vuelven.
¿Os acordáis de aquellos vestidos ceñidos con estampados imposibles, que nos vendían como "inspirados en lo étnico"y que eran como ir embutida en un chorizo? Pues vuelven.
 ¿Y de aquellas barrigas al aire?, ¿y de los petos y los vaqueros grandes?, ¿y de los chicos con camisas largas, grandes y por fuera?, ¿y de los pantalones bombacho con estampado unisex?, ¿y de las americanas de hombreras con minifalda negra? Pues vuelven. ¡Vuelven! ¡Vuelven!
Ha sido como darme un paseo con Friends, el Príncipe de BelAir y los chicos de Sensación de Vivir y Melrose Place.
Sin apenas haberme recuperado del impacto, hoy abro la prensa del día y ¿qué me encuentro? A la dulce Emma Watson reconvertida en la versión más hortera de Julia Roberts en Pretty Woman (1990), la del vestido noventero que lucía la pobre Vivian cuando ejercía el "oficio más antiguo del mundo". ¡Esto es una invasión!
Si creéis que estoy exagerando, aquí van pruebas:
Esta es una pequeña selección de lo que podéis encontrar en H&M, Zara, Bershka... y si encontramos esto en las tiendas que marcan la tendencia general del street style, ¿será esto lo que veremos esta primavera al salir de casa?

Ya sé que no me vais a hacer caso, pero este mensaje es para la gente joven que no vivió esta década y que puede sucumbir a ella: ¡¡¡¡no lo hagáis, os arrepentiréis!!!

Si a estas alturas, todavía queda algún escéptico aquí tenéis a algunas celebrities que no pudieron escapar, siendo guapos, ricos y famosos. Si ellos no se salvaron, ¿te vas a salvar tú?:
Drew Barrymore, Brad Pitt, Linda Evangelista y Chirsty Turlington, Claire Danes, Kate Moss y Naomi Watts, Justin Timberlake.

Si a pesar de todo, no os puedo convencer, al menos, os pido que giréis la tendencia a lo mejor de los 90s, la estética grunge: poneos unas martens, una camisa de cuadros grandes y a vivir que son dos días.

Joanne y Paul

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Este año el festival de Cannes ha elegido para ilustrar su cartel oficial de la edición de 2013 una de mis fotos favoritas de una de mis parejas favoritas de todos los tiempos: la formada por Paul Newman y Joanne Woodward. 
Dicho póster se ha realizado a partir de una simpática foto de la pareja durante el rodaje de A new kind of love en 1963. En ella, Joanne y Paul se besan en una instantánea cenital acostados en una cama adoptando ambos una postura en S que recuerda un poco al símbolo del yin y el yang.

En un mundo como el de Hollywood, en el que los matrimonios en muchas ocasiones duraban (y duran) menos que un telediario, el matrimonio de Paul y Joanne fue una excepción. Estuvieron juntos 50 años, hasta la muerte de Paul en 2008. Se casaron en Las Vegas en una ceremonia sencilla e íntima, apenas una semana después de que Paul obtuviera el divorcio de su primera mujer.
Durante la ceremonia, Paul Newman pronunció sus votos matrimoniales, un texto sobre el amor y el matrimonio que pronto se convirtió en uno de los más repetidos y famosos de todos los tiempos. Aquí tenéis un extracto: "La felicidad en el matrimonio no es algo que simplemente sucede. Un buen matrimonio debe ser creado. En el Arte del Matrimonio, las pequeñas cosas son las cosas grandes. Nunca se es demasiado viejo para cogerse de las manosEs recordar decir "te quiero" al menos una vez al día. Es no irse nunca a dormir enfadados. Es no dar por sentado al otroEl cortejo no debe terminar con la luna de miel, sino que debe continuar a través de los años. Es tener un sentimiento mutuo de valores y de objetivos comunes. Es permanecer juntos frente al mundo. Es formar un círculo de amor que reúna a toda la familia. Es hacer cosas por el otro, no con una actitud de sacrificio sino con un ánimo alegre. Es decir palabras de aprecio y demostrar gratitud de manera amable. No es esperar que al esposo le salga una aureola o que la esposa tenga alas de ángel. No es buscar la perfección en el otro. Es cultivar la flexibilidad, la paciencia, la comprensión y el sentido del humor. Es tener la capacidad de perdonar y olvidar.  Es dar uno al otro una atmósfera en la que cada uno pueda crecer. Es una búsqueda común de lo bueno y lo bello. Es establecer una relación en la que la independencia es igual, la dependencia es mutua y la obligación es recíproca. No se trata solamente casarse con la pareja adecuada, se trata de ser la pareja adecuada". 
La duradera unión de Joanne y Paul se basó sobre todo, en el respeto mutuo. "Joanne siempre me ha dado un apoyo incondicional en todas mis decisiones y esfuerzos. Eso incluye mis carreras de coches, que ella deplora. Para mí, eso es amor" dijo de su mujer Paul Newman en una ocasión.
Ambos mantuvieron sus brillantes carreras al margen de su vida privada; tuvieron tres hijas y vivieron felices los últimos años de su matrimonio alejados del bullicio de Hollywood en un rancho en Westport, Connecticut, donde Paul fue enterrado. 
Según han declarado los portavoces del festival de Cannes: "Para el festival es la oportunidad de hacer un tributo a la memoria de Paul Newmanque falleció en 2008, y subrayar la incesante admiración que tuvo por Joanne Woodward, su esposa y más agraciada compañera. Fueron homenajeados en el Festival de Cannes en 1958 —el año de su boda— con la selección para Competición de El largo y cálido veranode Martin Ritt, la primera película en la que aparecieron juntos. La relación entre su historia y la del festival se mantuvo con las películas dirigidas por Newman, quien brindó a Woodward papeles inolvidables en El efecto de los rayos gamma sobre las margaritas (Competición en 1973) y El zoo de cristal (Competición en 1987)".
Lo dicho. Un bello y merecido homenaje a la historia del cine y quizá, por encima del cine, al amor.
Y para terminar, otra de las frases célebres del actor y que resume de una forma clara y llena de sentido del humor la esencia del matrimonio: "¿Para que vas a comerte una hamburguesa fuera, si tienes un solomillo en casa?"

Tenía razón, ¿no?

Algo azul

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El otro día os contaba cómo la reina Victoria de Inglaterra se convirtió en la persona que popularizó el vestido blanco para las novias. Pero su boda dio mucho más de sí. Los medios de la época analizaron y propagaron hasta en el más mínimo detalle del atuendo, flores y joyas que lució la soberana y pronto muchas de sus elecciones que hizo ese día empezaron a imitarse. 
Una de ellas fue que, a partir de ese momento, el zafiro azul se puso muy moda como forma de llevar algo de ese color el día de la boda (recordemos que dicho tono se asociaba a la Virgen como símbolo de pureza desde la Edad Media, tradición que derivó en la superstición de llevar algo en ese color para garantizar la fidelidad y amor eterno en el matrimonio) La reina Victoria le había dado un protagonismo especial a un broche con un gran zafiro azul que su prometido le había regalado el día previo al enlace, colocándolo en el centro del escote de su vestido.
Detalle del cuadro de la reina Victoria de Winterhalter. En él se aprecia claramente el famoso broche de zafiro. Broche que podéis ver en detalle a la derecha.
Como consecuencia de la imagen ampliamente difundida de la reina Victoria el día de su boda, el zafiro se convirtió rápidamente en gema habitual para hacer o comprar anillos de compromiso. Es por tanto, bastante fácil encontrar piezas antiguas muy interesantes de este tipo y a todo tipo de precios. Aquí os dejo una pequeña selección por si a alguien le apetece apostar por esta preciosa piedra azul. 
1. Anillo de compromiso de diamante con zafiros alrededor en Jewels by Lubeck
2. Anillo de compromiso estilo art decó con zafiro y diamante corte europeo antiguo en Addy
3. Anillo art decó de platino con diamantes en Diamonds Sale Room
4. Anillo eduardiano de oro blanco en Rozental Antiques
5. Anillo años 20 de corte geométrico tipo cóctel en Addy
6. Anillo antiguo de zafiro y diamante con corte rosa en Leons Jewelry 
7. Anillo art decó oro blanco en Jewels by Lubeck
8. Anillo victoriano en platino y oro amarillo en Addy
9. Anillo oval de principios de los años 20 en Ronaldo Gems

Porque una cosa hay que reconocerle a la reina Victoria: llevar un anillo de zafiro es una manera diferente, cómoda e llena de encanto de llevar ese "algo azul", ¿no os parece?

La alianza

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Ya tengo alianza. ¡Yupi! ¡Una cosa menos!

Elegimos un modelo antiguo inglés de los años 30 en platino con diez diamantitos alineados a lo largo del anillo, en un patrón que alterna el engaste y el tamaño de los mismos. Los más grandes, situados en el centro y en los extremos, con un engarce de garra que hace que las piedras parezcan flores y los 6 más pequeños alternando los anteriores con engarce carré. Como detalle final, el platino dibuja a ambos lados del diseño central dos florituras grabadas, a modo de hojas, enmarcando las piedrecitas. 
Espero que os guste ^^

Y ahora, a buscar la de Simón...


Una boda bohemia en Francia

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Hoy os traigo una boda francesa. Sé que lo que voy a decir suena a tópico, pero no hay más que ver la primera foto para darse cuenta de que es una boda francesa. 
Detalles que la delatan: el vestido de la novia (¡me encanta!), corto y sencillo pero con un diseño impecable. El novio, con zapatillas deportivas, pero no unas cualquiera, sino de la codiciada marca Android Homme. La actitud desenfadada de ambos pero sin descuidar ni un detalle: ella descalza en algunas fotos pero con sus Louboutin a un lado, el pelo perfectamente alborotado adornado con una preciosa cinta de flores; él con la camisa abierta y la pajarita a un lado del cuello estratégicamente desaliñado...
El resultado es fresco y poco encorsetado pero sin renunciar al estilo y a la moda, por supuesto.
Y a vosotros, ¿qué os parecen las bodas bohemias? ¿es un estilo demasiado relajado u os gusta pensar en la boda como en un día de fiesta y sin complicaciones? ¿o quizá os parece que esta actitud es algo forzada también y que en el fondo todos queremos estar impecables y que todo salga bien el día de nuestra boda?

El vestido, la capita y las flores del pelo de la novia son de Ana Quasoar Paris
Los zapatos: Christian Louboutin

El peinado de novia: consejos y errores a evitar

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Mi madre siempre dice que de lo único que cambiaría del día de su boda es el moño italiano que le plantificaron en la cabeza. A pesar de que yo la veo guapísima, ella nunca llevaba moño y no se ve. No se reconoce en esas fotos. ¿Os suena esta historia?

Hoy voy a hablar del peinado de la novia, de los errores más frecuentes que se cometen y de las posibles soluciones en esos casos.

Lo primero y lo más importante: una novia nunca debe olvidar quién es el día de su boda. Esta frase tan sencilla y obvia se pierde por el camino en muchas ocasiones. Arrebatadas por el espíritu de otra frase muy repetida y muy peligrosa, la de "sólo me caso una vez", muchas novias deciden depilarse las cejas, teñirse las pestañas o ponerse unas mechas confiando ciegamente en una estilista, maquilladora o peluquera a la que, en el peor de los casos, acaban de conocer. Por supuesto, casi nunca, la culpa del posible estropicio es de estas profesionales: ellas hacen su trabajo, te aconsejan y te asesoran, intentando que tú te veas lo mejor posible. La responsabilidad es única y exclusivamente tuya. Tú eres la que pones límites, la que te conoces desde que naciste, la que sabe perfectamente lo que te queda bien o en todo caso, lo que te hace sentir tú misma, sin ir disfrazada o parecer otra persona.

Si aún sabiendo esto, decides arriesgarte y probar algo nuevo ten en cuenta lo siguiente:

*Si quieres verte con unas mechas nuevas, haz la prueba por lo menos cuatro meses antes de la boda. Este tiempo será suficiente para reparar posibles errores, comprobar si te gusta el resultado y repetirlo cuando llegue el día. Otra razón que puede parecer menos personal pero igual de importante es que en ese período de tiempo acostumbrarás a tus familiares, amigos más íntimos y sobre todo, a tu novio, a tu cambio de look. Todavía recuerdo horrorizada el susto que me dio una amiga morena azabache cuando apareció con unas mechas rubias el día de su boda. Su novio la miraba alucinado (por decir algo agradable)
*Lo dicho para las mechas te sirve para las cejas, permanente de pestañas, moldeados... En cuatro meses el pelo crecerá o volverá a su lugar.

*Si decides cortarte el pelo de forma radical, la solución es complicada, así que, piénsatelo bien, si no quieres ir con peluca el día de tu boda. 
Si tienes miedo al típico "córtame las puntas" que acaba convirtiéndose en "¿dónde está mi melena?", haz este corte tres meses antes de la boda.
*Si crees que tu vestido lucirá mejor con un recogido pero nunca llevas moño: lo normal es que en las peluquerías te hagan varias pruebas de peinado. Aprovéchalas para hacerlas los días que vayas a probarte el vestido. Vete una vez con el recogido que te guste pero no descartes ir otro día con el pelo suelto. Hazte fotos los dos días y míralas mil veces antes de decidir. En caso de duda, opta siempre por lo más sencillo o por lo más habitual en su defecto. 

Si te decides por el recogido, intenta hacerte alguno de vez en cuando en casa los meses antes. Haz moños informales, recogidos desenfadados... Encontrarás en youtube, blogs como éste, pinterest, etc, multitud de tutoriales. De esta manera, tú te acostumbrarás a ellos y los demás se acostumbrarán a verte con ese tipo de peinados.
Mañana os enseño tipos de peinados para inspirarte, cómo elegirlos y las últimas tendencias.
Y recordad que aunque hablo de novias en general, todo lo dicho se puede aplicar a invitadas y asistentes a bodas, bautizos y comuniones, fiestas y cócteles de alto copete. La máxima será la misma: sé tú misma siempre.

Peinados de novia: tendencias e inspiraciones

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En mi último post os comentaba algunos de los errores más comunes que las novias cometen con su pelo y su peinado el día de la boda y hoy os voy a demostrar que una novia puede llevar el pelo suelto o recogido de forma casual sin perder por ello ni un ápice de sofisticación. 

Parece que, gracias a los dioses del buen gusto nupcial, la tendencia más marcada es la de la naturalidad. Eso sí, ha de ser siempre una naturalidad perfectamente estudiada: llevar un moño informal no significa que éste se deshaga al más leve movimiento, sino que una persona que sepa te haga un recogido descuidado pero impecablemente estructurado y elaborado. Llevar una melena ondulada no significa salir de la ducha y dejarse secar el pelo al aire, sino que un profesional te haga unas ondas trabajadas y definidas que se mantengan durante todo el día.
Si te gustan las trenzas, no renuncies a ellas. Solas y formando parte de recogidos son una de las opciones más modernas, juveniles y frescas para novias.
Si crees que un recogido es el peinado ideal, decántate por moños amplios y sencillos, con algún detalle (como unas trencitas o flores naturales enmarcándolo o sitúalo a un lado de la cara). Prueba moños desestructurados, con apariencia de recogido casual.
La melena suelta es otra de las tendencias más punteras. Casas clásicas como Pronovias la presentan como imagen de su nueva campaña para 2014.
Puedes optar por versiones más sofisticadas, con ondas marcadas o bien más casuales con diademas de flores o de pedrería.
No renuncies nunca a tu estilo. Si te gustas con melena, no te dejes convencer con el argumento de que una novia tiene que ir con un recogido. Sigue tu instinto hasta el final.

En todo caso intenta que el resultado final de la sensación de poco pulido: si usas laca que no sea para que el pelo quede tirante o para que el moño parezca excesivamente artificial, sino para que el peinado aguante todo el día. Recuerda que cualquier peinado que se vea "demasiado perfecto" siempre hace mayor y más seria a la persona que lo lleva.
Busca inspiración: si ves algún peinado en alguna revista, alguna foto que te guste, llévala a la peluquería para que te lo hagan a ti. Es más fácil que lleves una sola idea que varias. Y también es más sencillo copiar el estilismo de una actriz en la alfombra roja o de una celebrity por ejemplo, que el de una modelo en una sesión de una revista. La razón es que normalmente la elección de peinado para una alfombra roja es más "real": en estos casos los peinados están hechos para durar y para que la actriz o famosa esté perfecta durante un período de tiempo más largo que el que se necesita para una sesión fotográfica, en la que un estilista está al pie de los focos para retocarte entre foto y foto...

Aquí tenéis a cuatro de esas famosas cuyo pelo luce siempre perfecto y que sirven de inspiración a muchas mujeres: los recogidos románticos de Taylor Swift, las perfectas melenas lisas y onduladas con mechas californianas de Olivia Palermo y Rachel Bilson; y los moños de Jessica Alba.
¿Qué os parecen estos peinados?
¿Preferís melena o recogido? ¿Odiáis cuando en la peluquería os ponen tres millones de horquillas en un moño?

La boda de Keira Knightley

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El pasado sábado 4 de mayo, la actriz Keira Knightley se casó con su prometido James Righton en una ceremonia íntima en la Provenza francesa. 
Antes unas 11 personas a las que no se impuso ningún dress code, la actriz y el músico se juraron amor eterno en una boda sencilla, alejada de boatos y oropeles; algo muy inusual en el mundo en el que personas como Keira Knightley se mueven.
La novia eligió para lucir en ese día un vestido de tul corto con escote palabra de honor, cuerpo drapeado y falda con volumen. Completó su estilismo con una chaquetita corta de tweed y unas bailarinas, ambas de Chanel diseñadas por Karl Lagerfeld en exclusiva para ese día y una sencilla diadema de flores en la cabeza.

A falta de confirmación oficial parece que Keira no sólo se decantó por un modelo sencillo sino que, además, recicló un vestido que había lucido en el pasado. Efectivamente, el diseño se parece mucho o muchísimo a uno que la actriz llevó en una fiesta previa a los premios Bafta en 2008, obra de Rodarte.
Aquí tenéis los dos vestidos juntos. Desde luego, el parecido es evidente, ¿no?

De ser así, la elección de Keira sería toda una declaración de principios. Que una persona que puede acceder a cualquier diseño exclusivo elija un vestido usado no puede ser casual, ¿verdad?

¿Qué os parece el vestido de Keira? ¿Os gusta la idea de reciclar un vestido para vuestra boda? ¿vosotras lo haríais?


Rosa Clará 2014

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La pasada semana se inauguró la Barcelona Bridal Week 2014 con el desfile de Rosa Clará.
La diseñadora propone tres líneas diferenciadas para el próximo año. La primera, romántica y desestructurada, con modelos de gran caída y tules profusamente bordados, crean una silueta estilizada y llena de movimiento:
La segunda línea, más clásica, con vestidos en su mayoría con escotes palabra de honor (¿otra vez?) y falda de princesa con mucho volumen:
Y la tercera, la más fashion, inspirada en los años 60, con cuerpos sencillos pero muy estructurados, volúmenes amplios y rígidos elaborados con mikados y otomanes y adornados con pequeños detalles haute couture tales como lazos, bolsillos o vainicas:
La colección no me parece tan innovadora como la de otros años. La primera línea me recuerda mucho (diría que demasiado) a los diseños de una de las grandes y de la que ya os he hablado aquí en alguna ocasión... De hecho, en algún post hablaré de cómo se fusilan modelos de ésta y otros diseñadores impunemente en este mundo nupcial.
La más nueva y rompedora la tercera línea. Esos volúmenes puros son la esencia de la alta costura y me parecen preciosos para novias que se atrevan con cosas diferentes.
Y a vosotros, ¿qué os parece la propuesta de Rosa Clará?

Sesión preboda con blythe incluida^^

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Hoy os traigo el trabajo de Neima Pidal, una fotógrafa afincada en Zaragoza especializada en moda y retrato, fotografía infantil y bodas creativas.
Y más concretamente os traigo una sesión preboda divertida y llena de color a través de la cual conocí a esta artista y gracias a la cual empecé a seguir su trabajo. 
De esta serie de fotos, ideales para un día de primavera, destacaría  el aire desenfadado de cada imagen, el uso arriesgado del color y las composiciones diferentes y sobre todo, el sentido del humor y el buen rollo que desprende toda la sesión.

Aprovecho la ocasión para dar un par de consejos a todos los que estéis pensando en hacer una sesión preboda: tened siempre en cuenta la hora a la que se va a hacer, así como el lugar (las localizaciones) y el estilo de la sesión. Hablad con el fotógrafo sobre la idea que tenéis, aconsejadle algún sitio en el que os apetezca ser fotografiados o en el que os sintáis cómodos y partid de ahí para diseñar toda la sesión. Si no lo tenéis claro, preguntad al fotógrafo: él tiene la experiencia que vosotros no tenéis. Tened presente lo dicho para elegir vuestra ropa, el estilo de la misma, los colores, peinados, complementos... No es lo mismo hacer fotos en una feria (como en este caso) que en un prado o en una playa... Y lo más importante: intentad pasarlo bien.
Por supuesto, todas las fotos son obra de Neima Pidal
Si queréis ver el resto de la sesión podéis hacerlo aquí.


Jenny Packham 2014 preview (1ª parte)

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Aunque todavía tendremos que esperar un poco para ver el desfile de la nueva colección de Jenny Packham para novias, os traigo hoy una preview de la misma. 

Como sabéis, Jenny Packham es mi diseñadora de moda nupcial favorita. Sus vestidos, siempre marcan tendencia y en muchas ocasiones son imitados con poca fortuna por muchas reconocidas casas de novias (ya sé que os debo un post sobre estas descaradas copias, no me olvido^^)

Su colección para 2014 sigue siendo fiel a su estilo y es por lo tanto, inmediatamente reconocible por los fans de esta creadora: vestidos con mucha caída, poco armados, con tejidos exquisitos y detalles preciosos como bordados delicados, cinturones joyas y y drapeados muy femeninos que estilizan y favorecen a la mayoría de cuerpos.
 
 Modelo Florence
 Modelo Daphne, de clara inspiración griega
 Modelo Belle Magnolia, en rosa palo, con juego de drapeados
 Modelo Claudia, con una novedad en el diseño, el corte imperio
 Modelo Molly
 Modelo Utopia, estilo art decó modernizado con un diseño sencillo
 Modelo Rose, otro vestido joya espectacular

Modelo Jean

Me encantan todos, pero si tuviera que elegir uno, creo que me quedaría con el Florence.
Y a vosotros ¿cual os gusta más?

Jenny Packham 2014 Preview (2ª parte)

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Echemos hoy un vistazo al resto de modelos de la colección nupcial de Jenny Packham para 2014.

En primer lugar, diseños similares a los que veíamos ayer en la primera parte de esta preview: siluetas fluidas hechas de telas ligeras pero con caída y detalles románticos y delicados que resaltan el conjunto y que favorecen a la novia (modelos Tilly, Kitty o Amour)

Una segunda propuesta, novedosa y rompedora con el estilo más emblemático de Jenny Packham, de vestidos minimalistas y aire veraniego, ideales para bodas informales en la playa y en el campo (modelos Summer y Taylor)

Y por último, una línea mucho más estructurada con diseños que recuerdan a la alta costura de Dior de los años 50 (modelo Minnie o Carine) y con guiños al Givenchy más clásico (con modelos de nombres tan significativos como Audrey)
Tilly
Summer
Minnie

Kitty
Audrey
Carine
Taylor
Amour
Mis favoritos hoy son, el modelo Tilly por ese escote tan favorecedor y este corte tan cómodo y el modelo Carine por un  diseño que aúna perfectamente el aire moderno con una clara inspiración vintage.
¿Cuales son los vuestros?


Arroz, pétalos, confetti... ¡Preparaos, que salen los novios!

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Sin duda, uno de los momentos más divertidos de las bodas es ese en el que, finalizada la ceremonia, los invitados se disponen a ambos lados de los recién casados con las manos llenas de arroz, pétalos o confetti esperando la señal: ¡A la de tres! 1, 2 y 3... y una nube de buenos deseos y ganas de fiesta cae sobre los novios.
via pinterest
Desde el tradicional arroz, símbolo de la fertilidad, hasta los modernísimos eco-confetti biodegradables, hay multitud de opciones que podemos elegir para ese momento. 
Os voy a enumerar algunos, así como diferentes presentaciones o maneras de entregar a nuestros invitados ese detalle. 

Supongo que los novios más clásicos optarán por el ARROZ:
*Si es así, antes de nada, asegúrate de que se puede echar en el sitio en el que celebres la ceremonia. Hay muchas iglesias y ayuntamientos que prohiben echarlo en sus instalaciones.

*Si te permiten usarlo, utiliza conos para que los invitados lo echen cómodamente, evitando así que algún gracioso opte por la opción "te echo el paquete entero".
*Al margen de la, por supuesto, falsa leyenda urbana de que el arroz mata a los pájaros, es evidente que esta semillita hace daño cuando se tira a los novios en cantidades ingentes y se mete por sitios insólitos (sobre todo si llevas doscientas horquillas en el pelo y doce capas de tul en la falda) de manera que puedes pasarte el resto del día quitándote arroz de aquí y de allá. Ten en cuenta estos dos aspectos antes de decidir...

Si optas por los PÉTALOS:
*La misma recomendación que hice con el arroz: pregunta si es posible usarlo en el lugar que hayas elegido para casarte.

*El problema básico de los pétalos es que destiñen. Y esto es extensible a la piedra (suelo de la iglesia, por ejemplo) y a los tejidos (vestido de la novia, por ejemplo)
Opta por tanto, por colores blancos o muy claritos.

*Puedes presentarlos en conos como el arroz o en cestas. Pídele a algún familiar o amiga que reparta los pétalos a la salida.
CONFETTI:
*Es divertido y simboliza como ninguno el espíritu festivo de la ceremonia.
*Puedes hacerlo tú mismo:
 -Usa un libro, diccionario, partitura que te guste para hacerlo.
 -Compra troqueladoras con forma de corazón, de flor...
 -Combina diferentes tamaños y texturas. Mezcla tonos metalizados con colores. Usa como referencia la paleta cromática de la boda.
 -Ten cuidado a la hora de elegir papel ya que hay algunos que destiñen o manchan (sobre todo si la boda se celebra en un sitio húmedo)

*Lo puedes encontrar en infinidad de formas, colores y texturas ya hecho.

*Colócalo en cajitas, bolsas, conos, sobres...

Otras opciones más originales:
LAVANDA SECA
*La idea es aunar el concepto de la flor y la forma del arroz. 

*Se vende ya preparada para este fin. 

*No destiñe ni la comen los pájaros... (jajaja) Y son biodegradables.

*Disponla en conos o bolsitas personalizadas para los invitados.
POPURRÍ DE FLORES SECAS:
* Tiene las mismas ventajas que la lavanda.

ECO-CONFETTI:

*Un confetti disoluble al agua, 100% biodegradable, aquí.

POMPONES:
via hello smitten
AVIONES DE PAPEL:


POMPAS DE JABÓN:
*Crean un ambiente mágico y etéreo

via classic noise
*Puedes personalizar los botecitos.
via pinterest
Ya ves que tienes dónde elegir. 

Un último consejo: acuérdate de comentarle al fotógrafo qué se usará y en qué momento porque sea arroz, confetti o cualquier otra cosa, las fotos de ese instante son preciosas y difíciles de repetir.

Boda en tonos pastel en Nueva Orleans

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Últimamente estoy obsesionada con los tonos pastel. Cada vez que veo algo en un rosa empolvado, en un azul claro y en un lila suave todos mis sentidos se ponen alerta: ¡gustar, comprar, necesitar, hacer!, y en el peor de los casos ¡pinear, archivar, recordar!.
Además de usarlos con frecuencia en mis creaciones de ganchillo, me gustan muchísimo en decoración, en la ropa, en el maquillaje. ¿Me estará "apastelando"?

Fruto de esta nueva pastel-manía os traigo hoy una boda en la cual, la gama cromática está basada, como no podía ser de otra forma, en una magnífica paleta de pasteles que van del verde menta al azul hortensia, pasando por los distintos rosas empolvados: melocotones, salmones y corales. La boda se celebró en Nueva Orleans y Amy Carroll, la fotógrafa de ese día, utilizó los fondos ideales para esteos tonos, los neutros y la gama de grises, consiguiendo que los colores suaves brillen como delicadas piedras preciosas.
¡Espero que os guste!
(todas las fotos son obra de Amy Carroll via Amy Carroll Photography y Style me pretty)

Si queréis ver la galería completa podéis hacerlo aquí.

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